viernes, 27 de noviembre de 2009

Alexander 5.0 (L'enfer)



…en el infierno de nuestra piel muerta, no me arrepiento de nada

…en el infierno de nuestro sexo devastado, echo arena sobre tu rostro

…en el infierno de nuestras hijas ausentes, escupo al rostro de dios

…en el infierno de nuestra belleza árida, humedezco mis labios con tu salvia

…rompo el molde con violencia consentida en busca de un placer que nunca volverá…las ramas son brazos lacerados en nuestra demencia…anatomía de la crueldad hacia nuestras almas que ya han sucumbido al dolor…vagan insomnes por el bosque alejadas de nuestras conchas…sin nosotros ya no brillan, sólo son espectros entregados a romperse en añicos de tristeza…

Sin ti…en tu ausencia mental, mi cuerpo se deshace y se funde con la Naturaleza marchita que nos rodea…nunca más nos entregaremos a los pecados poco originales…sólo somos capaces de realizar estériles autopsias de nuestra tortura…de nuestra pérdida…eclipsado por la seducción de las mil lenguas de las polillas tan suaves que hieren mi piel destrozada por la desesperación…

…una flor sangra sobre mis ojos ciegos ante la pasión ignorada…tu aroma ya sólo sabe a rechazo y derrota…y la navaja de mi mano se ensaña con los órganos inútiles recreando

ese infierno de piel muerta…

ese infierno de sexo devastado…

ese infierno de hijas ausentes…

ese infierno de belleza árida…

este infierno de soledad en el que nuestra cordura corre demente buscando a nuestras almas, perdidas para siempre entre amapolas y miembros cercenados…

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