martes, 18 de mayo de 2010

Don't Walk Away, In Silence (1956-1980)

Ya han pasado treinta años y año tras año ocurre lo mismo: panegíricos, llantos y revisiones. ¿Por qué resulta tan difícil dejarlo marchar? ¿Por qué sigue vagando como “alma muerta” por nuestro recuerdo?

Su legado ha sido exprimido hasta lo imposible. La caja Heart and soul lo publicaba TODO, discos enteros, temas sueltos, demos, directos…Rhino reeditaba sus discos con material en directo que, en realidad, no aportaba nada nuevo, diversas discográficas sacaban al mercado piratas con etiqueta de discos oficiales que habría sido mejor que permaneciesen en los cajones, Deborah Curtis escribía unas memorias que apestaban a ajuste de cuentas y Anton Corbijn hacía una hermosa película, Control, que a pesar de ser un excelente documento de su vida, se dejaba en el tintero todo lo negativo que emanaba su personalidad…

Todo el mundo conoce la historia, la película que vio ese día, el disco que escuchó, la decisión que tomó ese 18 de mayo…lo que nos es difícil de imaginar es cuál habría sido su siguiente paso en el terreno musical. Sus compañeros, tras un parcialmente fallido intento por mantener el sonido Joy Divison en Movement, se alejaban hacia otros terrenos envueltos en sintetizadores y finalmente se rendían a las listas con Blue Monday y años más tarde con Technique. Fue un paso inteligente y, aunque la necrofilia vende, quisieron dejar claro que New Order no eran Joy Division (ni falta que les hacía). Aún quedan nostálgicos que se rasgan las vestiduras clamando “Ian no habría permitido esto”, pero ellos qué saben por dónde habrían ido los tiros tras Closer. Los dos últimos esbozos como Joy Division (In a lonely place y Ceremony) ya se publican bajo el nuevo nombre y no nos dan pistas.

Ese día acabó una vida pero no una época. Manchester siguió adelante y nos proporcionó grandes bandas que los críticos decidieron denominar sonido Madchester, la discoteca The Hacienda puso en el punto de mira de los aficionados a los djs (como refleja de forma divertidísima Michael Winterbottom en 24 hours party people), y a principios de este nuevo siglo, infinidad de bandas de todo el mundo reconocen la influencia de Joy Division en su sonido. Su vida se extinguió pero su influencia sigue presente hoy en día.

Los que lo rodearon también fueron artífices de la existencia de Joy Division: Martin Hannett, Rob Gretton, Tony Wilson…y también los tres nos han dejado. Tal vez sea el momento de olvidarnos del hombre y concentrarnos de una vez exclusivamente en su música: Love will tear us apart, Atmosphere, Heart and Soul, Shadowplay…rara vez tan escaso material ha dado para tantas y tantas horas de escucha.

En Atmosphere nos pedía que no nos alejásemos en silencio. Él no lo hizo, dejó tras él un puñado de canciones que romperán el silencio durante generaciones y cada 18 de mayo (o de abril o de diciembre, ¿qué más da?) pondremos la aguja sobre el vinilo e Ian nos contará que desea encontrar a un guía que lo tome de la mano y poder sentir los placeres de un hombre normal…

Permitámosle de una vez descansar en paz

(You can also find this post in the webzine http://www.facela.es/)

No hay comentarios:

Publicar un comentario