miércoles, 8 de julio de 2009

Espejismo

...Íbamos viajando rápido… como si nuestra meta fuese algo realmente importante… una meta única…definitiva… pero frente a nuestros ojos sólo teníamos la inmensa autopista que se introducía en un horizonte de vacío… el mismo vacío que llenaba nuestros bolsillos y nuestros cuerpos… Routte 66 en el recuerdo… con hierba que susurraba nanas a nuestro paso pero íbamos demasiado deprisa y la modorra no conseguía alcanzarnos…un águila nos observó unos instantes y decidió que nuestras almas comatosas carecían de interés…te ofrecí un cigarrillo, que rechazaste, mientras yo encendí el trigésimo del día… Morrison cantaba Maggie McGill con voz de bourbon caducado y yo llevaba el ritmo desacompasado sobre el volante sin pensar realmente en ello…estaba enamorado o, al menos, esa era la sensación que tenía… estaba enamorado de ti… de tus ojos verdes… de esa sonrisa que apenas asomaba a tus labios…de tus palabras, sobre todo de tus palabras… palabras de sangre que cortaban como filos… mientras pisaba el acelerador, mi cerebro funcionaba a la velocidad de la luz…el mal olor que producen a veces los recuerdos es muy similar al de las zanjas cubiertas de agua estancada…la mayoría de las veces es preferible alejarse de ellos y obligar a la mente a mirar siempre al frente… pero las mentes que nadan en el océano de alcohol tienen predilección por quedarse ancladas en un momento concreto y lanzar esporádicas miradas hacia atrás por si algo en el pasado ha cambiado durante los lapsos de consciencia producidos por el Tullamore… yo miraba por mi retrovisor neuronal demasiado a menudo… sobre todo apoyado en las barras de los clubs cuando sobrealimentaba la resistencia de mi ego etílico…imágenes que vienen y van como automóviles a lo largo de una carretera sin final…algunos recuerdos te adelantan y los ves avanzar a mayor velocidad que la que pueden alcanzar nuestras ansias de permanencia…otros recuerdos se pegan a ti durante todo el trayecto y allí se mantienen inexorablemente, con una paciente constancia que acaba por enfurecer… otros son sólo destellos fugaces, más o menos brillantes, que se cruzan en un punto determinado y que permanecen en la mente el tiempo necesario para que la retina se adapte de nuevo a la persistente oscuridad que nos envuelve… y de barra en barra avanzamos por esta autopista en un trayecto que sigue sin llenar el corazón…sólo tú has sabido ser el infatigable útero para mi cóctel de amor y angustia que año tras año se ha ido fraguando en mi interior…aterrorizado por el vacío…por el pánico/atracción hacia la Muerte…la Soledad… somos cubos de basura en un mundo que no nos interesa…nos llenan por la noche nos vacían por el día…pero tú me haces salir de ese círculo…con tu voz das sentido a la oscura e interminable longitud de la carretera…das sentido a todos esos estúpidos nacimientos innecesarios…das sentido a las salas de urgencias en noches sangrientas…casi llegas a dar sentido a la inutilidad de esta vida…y me giro para explicarte todo esto, pero a mi lado no hay nadie…y me doy cuenta de que aún no te he conocido…

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